Querida Ana:
Nos conocimos en FRATER en los campamentos. Recuerdo que por las noches con siete años de edad lloraba por las noches porque quería irme con mi mamá a casa. Y tú me consolabas. Eras la alagría de los campamentos FRATER y después te perdí la pista durante muchos años, pero te encontré en Amica y me alegré de verte. Tú me ayudaste en una época que tuve muy mala, convivimos en Casa Helios y me ayudaste, me apoyaste. Siempre lo tendré en mi corazón. Después de cenar me invitabas a ver la tele en tu habitación y charlábamos hasta las doce de la noche, y Marian, una monitora de a Casa Helios, nos subía un Cola Cao caliente. Yo a veces te ayudaba a elegir a ropa que te tenías que poner. Es injusto que te hayas ido al Cielo muy joven, no lo entiendo ni lo entenderé. Una chica como tú, tan luchadora, un ejemplo para demostrar a quien venimos detrás que hemos aprendido muchas cosas de tí, como yo. Y tú me diste un consejo que no quiero decirlo en público, pero siempre lo tendré presente. Y ese consejo me ha servido en la vida, en mis etapas de la vida, buenas, malas, regular... y no se me olvidará. Hace dos años fuimos a Palencia a un reencuentro. Recuerdo que estabas ensayando con una monitora y te ponías nerviosa, y decías: "No me va a salir bien". Y yo te veía que te salió bien y al final te salió bien. Me parece injusto que te has ido al Cielo. No lo entiendo. Ni lo entenderé. La vida a veces es muy injusta. Pero te has convertido ahora en un ángel que nos ilumina todas las noches a nosotros y que nos da energía para luchar. Bueno, Ana, no te olvidaré nunca. Ya estás metida en mi corazón, en mis recuerdos, y no se me escapará.
Beatriz
Nos conocimos en FRATER en los campamentos. Recuerdo que por las noches con siete años de edad lloraba por las noches porque quería irme con mi mamá a casa. Y tú me consolabas. Eras la alagría de los campamentos FRATER y después te perdí la pista durante muchos años, pero te encontré en Amica y me alegré de verte. Tú me ayudaste en una época que tuve muy mala, convivimos en Casa Helios y me ayudaste, me apoyaste. Siempre lo tendré en mi corazón. Después de cenar me invitabas a ver la tele en tu habitación y charlábamos hasta las doce de la noche, y Marian, una monitora de a Casa Helios, nos subía un Cola Cao caliente. Yo a veces te ayudaba a elegir a ropa que te tenías que poner. Es injusto que te hayas ido al Cielo muy joven, no lo entiendo ni lo entenderé. Una chica como tú, tan luchadora, un ejemplo para demostrar a quien venimos detrás que hemos aprendido muchas cosas de tí, como yo. Y tú me diste un consejo que no quiero decirlo en público, pero siempre lo tendré presente. Y ese consejo me ha servido en la vida, en mis etapas de la vida, buenas, malas, regular... y no se me olvidará. Hace dos años fuimos a Palencia a un reencuentro. Recuerdo que estabas ensayando con una monitora y te ponías nerviosa, y decías: "No me va a salir bien". Y yo te veía que te salió bien y al final te salió bien. Me parece injusto que te has ido al Cielo. No lo entiendo. Ni lo entenderé. La vida a veces es muy injusta. Pero te has convertido ahora en un ángel que nos ilumina todas las noches a nosotros y que nos da energía para luchar. Bueno, Ana, no te olvidaré nunca. Ya estás metida en mi corazón, en mis recuerdos, y no se me escapará.
Beatriz
No hay comentarios:
Publicar un comentario