Una mañana de sábado
me levanté con ilusion enorme de grande;
con ganas de irme a ver los preciosos caballos.
Había caballos de color como:
marrones como las hojas que se caen en el otoño,
negros como una noche de una primavera cualquiera,
blancos como si fuera un caballo que va volando en el cielo.
Le acaricié con todo mi cariño,
le peiné muy suave su pelo negro.
Me pude montarme,
noté libertad,
me emocioné mucho porque:
se cumplió un sueño hecho realidad,
no lo podía creer,
seguía soñando de despierta con mucha felicidad,
así pude disfrutar de ese día grande con mi caballo hermoso.
Beatriz
me levanté con ilusion enorme de grande;
con ganas de irme a ver los preciosos caballos.
Había caballos de color como:
marrones como las hojas que se caen en el otoño,
negros como una noche de una primavera cualquiera,
blancos como si fuera un caballo que va volando en el cielo.
Le acaricié con todo mi cariño,
le peiné muy suave su pelo negro.
Me pude montarme,
noté libertad,
me emocioné mucho porque:
se cumplió un sueño hecho realidad,
no lo podía creer,
seguía soñando de despierta con mucha felicidad,
así pude disfrutar de ese día grande con mi caballo hermoso.
Beatriz
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