El lunes fuimos Merce, Alicia y Beatriz a dar una charla al instituto Besaya.
La charla la hicimos para chicos que estudian integración social y educación infantil. Les hablamos primero de las barreras y de las dificultades con las que nos encontramos las personas con discapacidad y luego, hicimos dos rutas por Torrelavega para que vieran sobre el terreno y sentados en una silla lo que se siente al bajar una cuesta, subir y bajar un bordillo, etc.
Allí, por sorpresa, me encontré al profe que me tocaba, era mi cuidador del cole Numancia, no me reconoció, yo a él sí. Se iba a presentar y le llamé: "¿Luis?". Me dijo: "¿Me conoces?". Le respondi: "Si". Él dice que no caía, le digo que soy aquella niña que iba a Numancia. Se quedó con la boca abierta. Le estuve explicando cosas de mi vida, hice un poco el teatro con Merce, actuando como se debe de tratar a una persona así, primero de niña pequeña, después como una persona como somos como las demás personas.
Como dice Merce, hicimos dos rutas, una en silla para los que querían tener la experiencia de cómo se iba, la compañera la llevaba. Se dieron cuenta de que no se podían ver cuando hablaban de sus cosas. A la hora de subir una cuesta no podían subir: Su amiga, aunque la podía ayudar, se cansaba de darle con la rueda; para bajar, si no frenaba, fatal, tenía que empujar porque se iba. Se dieron cuenta de muchas cosas, de las dificultades que hay en una persona en las situaciones que vivimos día a día luchando contra las barerras arquitectónicas. Me gustó mucho que la gente nos conozca cómo somos, como ellos pero las con dificultades que hay en la ciudad, que están mal, sin pensar en nosotros, ni siquiera en las personas mayores, ni en las mamás que llevan los cochecitos de niños pequeños. Tenemos que luchar con nuestros derechos con formas con educación a las autoridades, nada más, esa es mi forma de ver las cosas.
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