Queridos lectores:
Tomás Castillo hace un año públicó un libro Déjame Intentarlo, lo estuvimos leyendo, yo fui una de las polémicas porque algunas cosas no las entiendo, que no las veo en la realidad sobre todo en la situación que estoy en una silla, aunque me defiendo bastante bien, no quiero ser una orgullosa, soy sincera.
Le escribí algunas preguntas realicionadas con el libro y de la nuestra vida. Si soy una persona normal, ¿Por qué nuestros padres o familiares sufren por nosotros? No busco respuesta, en el caso mio. Yo respeto mucho a Tomás Castillo y a su libro, pero no acabo de entenderlo. Yo me pongo en el lugar de una madre, que su hijo nace con una discapacidad con montones de problemas que tiene su hijo, a veces necesita una cantidad de dinero para llevarte a médicos o si tiene que tomar un medicamento. Yo nunca lo he asimilado porque estoy en una silla y ve a mi madre que se pasa el tiempo conmigo haciendo rehabilitación de pequeña, más que con mi padre y sus otros dos hijos que también necesitaban el cariño de su madre.
Dejame intentarlo lo he dicho toda mi vida, a base de luchar he conseguido muchas metas pero todo tiene un final que te dice "Aquí llegué". Nunca he vivido engañada, me han las verdades y he llorado mucho, lloraré… Ese libro, es muy positivo para la sociedad, para las autoridades, para que se den cuenta que somos iguales que las demás personas, para que te miren los ojos preciosos, la carita tan linda que tenemos, que no miren a la silla.
Respeto mucho ese libro, y, Tomás, quizá todas mis ilusiones que tengo yo en mi corazón tarde o temprano se cumplan, sería muy feliz. Las esperanzas no las he perdido, quiero ser feliz, ya lo sé, que nunca dejaré mi silla, pero si encuentro mi camino en mi vida, si se cumplen mis sueños en realidad, mi silla la dejaré apartada a un lado distinto.
Beatriz
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