Cuando nací vivía en un pueblo que se llamaba Treto. Vivía en un Cuartel de la Guardia Civil, allí tenía gallinas, conejos y palomas.
Luego tenía un cine pegado a casa a cien metros, y los domingos y fiestas iba al cine a ver películas de Marisol, y todos los días iba a la escuela a estudiar, que la tenía cerca de casa. Y cuando tenía 6 años me llevaba mi padre a la huerta y allí miraba cómo plantaba lechugas y pimientos y más cosas. Tenía un río al lado de casa que cubría por la rodilla y todos los días en verano me iba al río a bañarme. Llebaba un flotador que era la llanta de una rueda de un camión, que era más grande que yo.
Luego que tenía 11 años iba a una panadería al lado de casa a mirar cómo se hacía el pan, y durante un mes me dejaban hacer alguna barra de pan, y luego me las llevaba las barras de pan para casa para comer, y así todos los dias, luego el panadero tenía un coche para ir por todas las casas a repartir el pan. El se quedaba en la furgoneta y me mandaba a mí a repartir el pan a las casas, yo me lo pasaba muy bien por que me gustaban esas cosas.
Luego, en el año 65, le destinaron a mi padre a Santander, que yo tenía doce años. Pasamos a Santander al Cuartel de la Guardia Civil y aquí me subía a todos los coches de los guardias a tocar la sirena, y también la sirena de las motos de los guardias de tráfico. En el cuartel de Santander estuve viviendo 6 años sólo, porque había humedad en las paredes cuando llovía, y nos pasamos al piso que teníamos comprado ya. En el cuartel en aquellos años no teníamos baño para ducharnos ni televisión. Me lo pasaba bomba en aquellos años de mi juventud.
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