
Queridos lectores:
En diciembre, empecé otra vez la piscina, que son 4 veces, el miércoles 30 de enero fue mi ultimo día, me dio pena. Esta vez, he hecho cosas nuevas. La piscina es redonda y también es algo pequeña. María me ha mandado andar alrederedor de la piscina, apoyándome con una mano sola, lo que pasa soy una chica que me da de miedo. Si, anduve alrededor de la piscina, después me puso las pesas en los gemelos para apoyar los pies en el suelo, pero era imposible, yo andaba alrededor de la piscina pero no me sentía segura misma.
Me resultó muy divertido, otro ejercicio que me mandó, me dio unos aros redondos de colores y los lancé se bajaron al fondo. Primero, desde arriba localizar donde estaba, con ayuda de María, me ayudó algo, me lancé a andar al fondo y lo fui cogiendo uno a uno con los ojos muy abierto, y el último aro lo cogí con el pie, lo levanté y lo cogí, se lo di a María, fue ese ejercicio para mi, muy especial, me gustó mucho.
También trabajé sobre la respiración, cogía aire por la nariz y metía la cabeza, aguantaba unos segundos debajo del agua, me gustó mucho.
Después fuimos a unos chorros de agua caliente, te viene bien para la espalda, te queda como nueva. Después, pasamos andado, que te llegaba hasta la rodilla, iba andado, estaba muy caliente, cada paso, cambiaba un poco la temperatura, hasta que llegó a estar helada el agua.
El último dia fue emocionate, fue una experiencia muy emocionate para mí. María me puso otra vez las pesas y me mando andar alrededor de la piscina. Las pesas me hacían mucho daño, se lo dije a Rubén, me senté en las escaleras y me miró en el sitio que me hacían daño. Se los puso él para probar, le pasaba como a mí. Dice: "Espera un poco", fue a por unas aletas, me las puse, no acertaba a andar. Le dije por qué no me ponia un corcho largo en la tripa y me lo puso. "Ah", me dijo él, "Espera, he visto unos guantes", me los puso.
Miré, me lancé a andar, fue una de la expericiencias de mi vida de tan buena. Sentí la libertad, nadaba muy desprisa, a velocidad, me lo pasaba de maravilla, me sentí como una persona que puede andar y correr que no tiene ninguna discapacidad, así. Ahora, cada vez que lo pienso, me siento super feliz. Fíjate, a mi, me gusta el jacuzzi, ese día me preguntaron si quería ir, no fui. Me quedé nadado sin parar que fue, la hora.
Gracias Rubén y María, porque me hicisteis muy feliz, lo he disfrutado, he sentido y he conocido un punto de libertad. GRACIAS.
Beatriz
No hay comentarios:
Publicar un comentario