Hicimos un recorrido por el colegio, que llevamos sillas manuales, las probraron, claro, había una pequeña rampa para bajar, se asustaron, iba muy desprisa, y para subir cuesta mucho a la persona que la empuja y para la misma persona empujando las ruedas… Me encantó, las profesoras eran un encanto y los alumnos los mismo.
Tambien les conté algo sobre de mi vida privada, desde que nací y mi madre trabajó mucho junto a mi fisio con mucho coraje y duro, no les quería emocionar pero se emocionaron, nos despedinos, me dio mucha pena, enseguida les coges cariño.
Gloria se comunica con un ordenador pequeño, ella escribe lo que quiere, da a un botón y te comunicas con ella perfectamente.
Íbamos a comer allí, porque íbamos a llegar tarde a Santander, estuvimos mirando restaurantes pero estaban cerrados por vacaciones y otros no estaban suficientemente adaptados. Al final fuimos a comer a Sotileza y contenta, me gustó muchisimo esta experiencia como todas las experiencias día a día.
Un saludo de Beatriz
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