El sábado salí de paseo con un chiquito de la pandilla de años atrás que salía conmigo. Recuerdo de hace diecisiete años. Se llama Manuel. Y nos fuimos a tomar unas birras y me quité el antojo de turrón de chocolate, Suchard, claro. Y compré churros para llevar a mis compañeros. Y conoció mi casa, que él también es padre y conoce a mi hermano. Y hemos quedado para otra vez. Y nos fuimos de paseo por Cazoña, que ha cambiado mucho, me dijo él. Y llovía mucho y hacía viento y justamente ese día venía el mago y hemos quedado para una próxima vez, la próxima vez al parque de la Vaca, vamos a ir. Lo pasamos bien y se hizo corto, a pesar del frío que hacía, claro. Y esto promete. La próxima vez ya os contaré. Espero que lo leáis. Espero que no os sea muy aburrido y no os sea asqueroso y agobiante, hasta la próxima carta y ya os contaré, hasta la próxima aventura, que será un fin de semana y mejor que esta y espero que más alegre y con eso me despido, con esto y un bizcocho hasta mañana a las ocho, y que sea pronto la cita, así tengo que contaros y mejor y con más humor, y a ver si me hago una foto con él y os la enseño para que lo veáis y opinéis sobre él, lo único que sé de él que tiene unos ojos que te enamoras y hasta luego.
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