Katia ha ido a la radio a contar su experiencia viniendo en tren todos los días desde Caranceja. Aquí os ponemos la entrevista:
Katia, nos gustaría que nos contaras tu experiencia para venir desde tu casa a Santander todos los días. ¿Cómo haces para desplazarte?
Hola. Soy Katia. Yo vivía en un pueblo de Burgos. Uso una silla de ruedas. De pequeña era una silla manual que me empujaban. A los diez años me compré una silla de motor. La manejo con la mano, con un mando. Por la calle me muevo yo sola sin problemas.
Pero tenemos entendido que vives cerca de Cabezón de la Sal y vienes todos los días en tren.
Sí, luego ya vine a vivir a un pueblo de Cantabria que se llama Caranceja, cerca de la estación del tren. Antes no había rampas. Yo soy una chica muy valiente. Quería ir a Santander a un centro. Cuando cogía el tren los interventores y el jefe de estación me tenían que subir a pulso.
¿Cuál era la dificultad que te encontrabas?
Que el tren queda más alto que el andén, y además hay un hueco entre el vagón y el andén y te puedes caer, es muy peligroso. Eso pasa en casi todas las estaciones.
¿Qué pasó después?
Así estuve mucho tiempo. Luego me compré otra silla eléctrica que pesaba más. Mi madre mandó una carta a FEVE para que pusieran una rampa en el tren. Tardaron mucho y mientras me seguían subiendo a pulso.
¿Y pusieron la rampa?
Pusieron una rampa en Santander y otra en Casar. Luego se dieron cuenta que yo bajaba a veces en Torrelavega y allí no había rampa. Al final pusieron una rampa en todos los trenes. Para todo el mundo.
Katia, nos gustaría que nos contaras tu experiencia para venir desde tu casa a Santander todos los días. ¿Cómo haces para desplazarte?
Hola. Soy Katia. Yo vivía en un pueblo de Burgos. Uso una silla de ruedas. De pequeña era una silla manual que me empujaban. A los diez años me compré una silla de motor. La manejo con la mano, con un mando. Por la calle me muevo yo sola sin problemas.
Pero tenemos entendido que vives cerca de Cabezón de la Sal y vienes todos los días en tren.
Sí, luego ya vine a vivir a un pueblo de Cantabria que se llama Caranceja, cerca de la estación del tren. Antes no había rampas. Yo soy una chica muy valiente. Quería ir a Santander a un centro. Cuando cogía el tren los interventores y el jefe de estación me tenían que subir a pulso.
¿Cuál era la dificultad que te encontrabas?
Que el tren queda más alto que el andén, y además hay un hueco entre el vagón y el andén y te puedes caer, es muy peligroso. Eso pasa en casi todas las estaciones.
¿Qué pasó después?
Así estuve mucho tiempo. Luego me compré otra silla eléctrica que pesaba más. Mi madre mandó una carta a FEVE para que pusieran una rampa en el tren. Tardaron mucho y mientras me seguían subiendo a pulso.
¿Y pusieron la rampa?
Pusieron una rampa en Santander y otra en Casar. Luego se dieron cuenta que yo bajaba a veces en Torrelavega y allí no había rampa. Al final pusieron una rampa en todos los trenes. Para todo el mundo.
2 comentarios:
ya eres superfamosa.Cuando te vea te voy a pedir un autografo
aparte de ser una gran luchadora y ganadora eres una chica muy maja y una gran amiga ( aparte de wapa pero eso no te lo digo a ver si te me pones colorada).SIGUE ASI Y NO CAMBIES NUNCA TU AMIGO JAVICHU
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